domingo, 1 de enero de 2012

Única en mi especie

Pues sí, yo soy así. Si por mis entradas, alguno de vosotros, pensáis que me parezco a alguien que conocéis, siento deciros que estáis equivocados.
Hoy me he dado cuenta de que soy especialista en cambiar de opinión y en contradecirme. Yo sola, sin ayuda de nadie. Puedo ser capaz de estar deseando algo meses y cuando tengo la oportunidad, analizar la situación y decir: "¿Pero por qué quiero esto? ¿De verdad quiero esto?" Y no encontrar ninguna respuesta. O de decir: "por favor que ocurra," pasarme días mandando señales y cuando recibo respuesta perder todo el entusiasmo y las ganas. Con ésto último me refiero a que una vez he conseguido olvidar a Dani y encontrar "otro clavo" (para que se cumpla el típico dicho de un clavo saca a otro clavo) ahora no quiero quedar con él.
Sí, por muy raro que parezca, después de más de nueve meses sin ver a Dani y sin saber de él conseguí olvidarle. Empecé a fijarme en otra persona, de mi edad, de mi colegio, de mi curso y de mi clase. Hablamos todos los días en clase, todos los días que no hay clase por redes sociales o por whatsapp... Estoy bien con él porque tenemos gustos parecidos y casi los mismos hobbies, pero no me gusta su físico ni termino de encajar su personalidad. Me he dado cuenta de que llevo semanas (incluso meses) siguiéndole el juego e incluso reconozco haber empezado a lanzar los dados yo misma muchas veces. Pero todo quedaba ahí, en un juego de compañeros-amigos de clase.
Hasta que el jueves me dijo de ir juntos a comprar los regalos de Reyes de nuestros padres. Le dije que sí e incluso me hizo ilusión. Pero tal cual pasaban los minutos después de haberle dicho que sí, me iba apeteciendo menos.
Ahora ya han pasado varios días y las ganas han ido disminuyendo proporcionalmente al momento en que le dije que me apetecía. Así que imaginad las ganas que tengo ahora de ir con él a comprar regalos de Reyes.
No me apetece nada. Cada vez que lo pienso barajo la posibilidad de decirle que estoy con fiebre, enferma y que no puedo ir.
En definitiva, me he dado cuenta de que para mí es un compañero de clase, ni si quiera puedo decir que es un amigo. Ni mucho menos, puedo verle como algo más allá de un amigo. ¿Pero y si para él, yo...? Vale, es una posibilidad casi improbable, pero no sé con qué fines me ha dicho lo de ir juntos a comprar regalos (y más un regalo para su padre, que ni si quiera puedo dar la opinión desde el punto femenino. Si fuera para su madre...)
Mi prima dice que me ha entrado miedo pero que debo ir para poder juzgar sus intenciones y que a lo mejor sólo quiere que seamos amigos... Rosalie me ha dicho que si no me apetece ir que no vaya, que me entiende, y que si tengo que poner tierra de por medio que lo haga cuanto antes...
¿Qué puedo hacer? ¡Necesito decidirlo antes de que sean las cuatro de mañana!


Una Adolescente Soñadora única en su especie

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por comentar en este Blog!