domingo, 24 de abril de 2011

Nuevos aires

El jueves me fui a pasar el día y a dormir al chalet de Salva para celebrar el cumpleaños de mi prima, pero no fuimos solos, ocho jóvenes estudiantes universitarios, además de Salva, mi prima y yo nos quedamos allí a pasar la noche.
No lo he pasado tan bien en mucho tiempo, porque aunque también estaba Dani (no pasó nada, ya os lo digo) lo pasé muy bien. Me sirvió para darme cuenta de que las apariencias engañan y que una cosa no quita la otra: tenía a los amigos de mi prima como unos frikis, adictos a los ordenadores y las nuevas tecnologías, y en cierto modo, esto último es cierto, pero debo decir que son grandes personas y que se preocupan mucho por mi prima (y por todos los amigos del grupo) y eso es lo que les hace geniales. Así que aquí afirmo mi teoría de "una cosa no quita la otra".
Me sentía bien con ellos, porque éramos once jóvenes viviendo en un chalet nosotros solos: cocinando, conviviendo, riéndonos, jugando a juegos de mesa, a la play station... Éramos once jóvenes disfrutando con cada cosa que hacíamos, sin preocuparnos del orden o el desorden (cosa a la que no estoy acostumbrada) pero que, sin saber como, hizo que me sintiera bien y me hizo aprender de las cosas que realmente importan: no siempre que todo esté perfecto es lo más importante, porque la perfección no existe. Hay que saber divertirse y relajarse de vez en cuando. Y eso es lo que hice por unas horas, aunque también reconozco que no sé si podría vivir para siempre en un piso con todos ellos.
Por otra parte, sigue estando Dani, pero eso ya os lo contaré en otra entrada, porque ahora me voy a dormir.

Una Adolescente Soñadora Filosófica sobre lo que importa.

2 comentarios:

  1. Me alegro de que te lo pasaras bien, y no te preocuparas del orden ni del desorden ni nada de eso. ¡¡Saludos!!

    ResponderEliminar
  2. Pues si que os lo tuvisteis que pasar bien :). Pásate por mi blog ;). Besos!

    ResponderEliminar

¡Gracias por comentar en este Blog!