domingo, 29 de abril de 2012

Envidia ¿sana?

Nunca me había pasado esto en toda mi vida. Soy hija única así que nunca he podido tener envidia de mis hermanos y, aunque tengo primas pequeñas, nunca he tenido envidia de ellas: siempre las he llevado en bandeja y desde que yo era pequeña, cuando nacieron mis primas, me encanta pasar el rato con ellas. Nunca he sido celosa, ni mucho menos de ellas. ¿Pero quién me iba a decir que iba a envidiar a mi prima mayor?
Mi prima mayor y yo somos muy diferentes, nos parecemos como el día y la noche o como las montañas y el mar. No tenemos prácticamente nada en común: ella es extrovertida, lanzada, deportista... Y yo soy todo lo contrario: introvertida, cohibida y una de esas personas que prefiere estar sentada con un buen libro o el ordenador antes que hacer deporte. Nunca nos hemos envidiado la una a la otra (o al menos por mi parte) y siempre nos hemos llevado fenomenal: la hermana que nunca tuve es lo que solemos decir la una de la otra. Sí, con toda esta descripción me refiero a mi prima mayor. Os he hablado de ella muchas veces. Puede que os acordéis de ella por ser la amiga de universidad de Dani: la misma a la que le conté lo que sentía por él y a la que pedí que mediera y actuara cual Celestina (aunque, me chocó mucho que no hiciera nada porque nos viéramos ni coincidiéramos. Es más, era como si intentara mantenernos lo más alejado posible cuando se lo conté. Pero eso ahora no viene del todo al caso). La cuestión es que hoy he vuelto a ir a comer con sus amigos y con ella. Lo he pasado muy bien, pero mientras ellos se hacían bromas los unos a los otros, se comportaban sin necesidad de ocultar como eran o diciendo lo que querían yo era la chica que estaba sentada a un lado de la casa, sin hablar, con los brazos cruzados. No me aburría, lo digo de verdad, y lo he pasado genial aunque no he sido muy partícipe de las bromas o de las conversaciones, simplemente pensaba lo afortunada que es mi prima por tener amigos como ellos. Me alegro mucho por ella, pero eso me ha llevado a pensar que yo no tengo amigos así y puede que nunca los tenga porque yo no soy como es ella. No tengo nada en contra de mis amigas: las quiero con locura y sé que siempre puedo contar con ellas, pero la confianza que tiene mi prima Nerea con sus amigos va mucho más allá de cómo nos comportamos mis amigas y yo. Echo en falta tener la posibilidad de poder abrazar a un amigo chico sin necesidad de ser algo más que amigos. Los amigos de mi prima son... ¿Cómo definirlos? Creo que son únicos (para bien). No he visto nunca que un grupo de ocho chicos se preocupen tanto por mi prima y que, a pesar de haberse llevado más de una calabaza en el amor, han seguido estando ahí, a su lado, dejando a un lado sus sentimientos rotos y su amargo dolor para ayudarla o simplemente para escucharla. Son de esas personas que en cuanto las ves te entran ganas de abrazarlas y que el abrazo no acabe nunca. Y sí, solamente como amigos.
Envidio no tener amigos como los de mi prima y envidio más saber que no podré tenerlos nunca.

Una Adolescente deprimida por ver la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por comentar en este Blog!