martes, 7 de junio de 2011

Pesca en alta mar

Los sentimientos son difíciles de controlar. O mejor dicho, imposibles. Y es, que cuando más dejas tu mente volar, más daño están dispuestos a hacerte. Incluso tu mente parece que establezca un pacto con ellos para herirte, poco a poco, como si te pincharan con una aguja finita varias veces, por todo el cuerpo. (Uy, eso sí que suena cruel, sólo de imaginarlo me estremezco). Pero en cierto modo, se debe de sentir algo parecido a lo que siento. Un pequeño método de tortura. Sólo que dejar volar a tu mente y dar rienda suelta a tus sentimientos puede provocar daños colaterales irreparables. ¿Pero qué pasa si quiero?
Y todo ésto, lo digo por Edward. Parece que esté sentando la cabeza, que haya encontrado a la persona adecuada, la chica que le hace sentirse querido, valorado, único. La chica que le corresponde y que ha sabido "domarlo".
Se dedican entradas, se hacen fotos juntos, están juntos siempre que pueden, aunque sólo sea hablando. Definitivamente, Edward ha cambiado. Incluso no quiere hacer su vida o dar un paso si no es junto a ella. Edward ha cambiado. Ahora es el chico que yo siempre he idealizado. Y no quiero volver a caer. Sólo que cuando los veo juntos, hay algo que se me remueve. Algo que dice: "A.Soñadora, pasa de ellos, son una pareja más. No hace falta que mires." No quiero mirar, pero al final acabo mirando. Y no sé por qué hago todo eso, si no me gusta. Si he sido capaz de hablarle durante meses como si nada. Si sigo siendo capaz de hablar de cualquier tema sin ponerme nerviosa. No sé por qué hago eso. Supongo que es porque el chico del que te enamoras de pequeña lo recuerdas siempre. Sí, seguro que es por eso.

Estaba en el proceso de olvidarme de Dani. Y digo "estaba" porque ya no lo estoy.
Le pedí una clase y él me contestó, borde, diciéndome que no sabía si iba a poder, que estaba muy agobiado, que no tenía tiempo... Me dio largas (y de forma seca y tajante), así que yo decidí acabar la conversación con un "bueno, si puedes ya me avisas. Adiós."
Mi enfado duró una semana. Porque no entendía su comportamiento. Vale, podía decirme que no a la clase, pero también podía decirme que no de forma amable y cariñosa, ¿no?
A la semana, me encontré un mensaje de él. Me decía (muy amable y simpático) que no se acordaba cuándo me tenía que llamar para la clase (me extrañó, porque no habíamos quedado en que me llamaría, y mucho menos, pusimos fecha para que se produciera la llamada). Tardé un día y pico en contestarle. Le dije que no habíamos quedado en nada. Y su respuesta fue que podía venir el jueves y qué me entraba para el examen.
Cambié mi tono de conversación, pues él también lo había cambiado. Y me dije "de perdidos al río. Es la última clase que te va a dar en tu vida. Aprovéchala. Aprovecha la situación. No conseguirás nada, porque es sólo una clase. Al menos sabrás que has estado ahí hasta el último momento." Al final hemos quedado para pasado mañana.
Me mostré comprensible: le dije que no hacía falta que se mirara mucho los temas, que me lo explicara sobre la marcha porque seguro que iba muy agobiado... Me dijo que muchas gracias, y que intentaría no hacer el ridículo.
No le he contestado. Quiero seguir la conversación pero no sé cómo.
Hemos seguido hablando por twitter, sobre temas absurdos, pero hemos hablado: sus amigos y él empezaron a comentarme en un tweet sobre mi gusto musical, que no era el típico de una chica de 16... Incluso uno de ellos les tentó diciendo que yo debería tener 17. Pregunté por qué (aunque, viniendo de ellos, puedo suponer la respuesta :s) y tres de sus amigos le pidieron a ese chico que no me dijera el por qué y que no le hiciera caso. Todos, menos Dani, que me volvió a repetir que era ilegal hasta hablar conmigo por culpa de mi edad. Y eso me extrañó un poco, que me lo volviera a recordar. Le mandé un tweet diciendo que qué tenía de malo escuchar ese tipo de música (sabiendo que a él también le gusta) y me contestó diciendo que sólo se reía de mí. Yo le vacilé un poco sobre lo que había dicho de "que se reía de mí" y al final él me contestó "yo soy buen profesor, pero tú eres una excelente alumna. Tanto, que las clases casi me las das tú a mí". Me quedé pasmada ante tal piropo. Y más así, de sopetón, sin haber hablado de las clases. Creo que eso demuestra que no se reía de mí o de la música que escucho. Se reía de lo que estaba pensando. ¡Sólo él sabe lo que estaba pensando! Y no creo que le disgustase cuando me soltó tal piropo. Y más él, que sabe que es una gran persona y un excelente profesor de mates.
Desde esa "conversación por tweets" que tuvimos el domingo, me ha vuelto a comentar en algunos tweets. Creo que es el momento. Ahora o nunca.
¿Debo lanzar las redes? No digo de "sacar la caña" cual pescador en alta mar, pero si, "tiro pan" al agua puede que los peces -rectifico, dicho pez- se de cuenta de lo que quiero.

Una Adolescente Soñadora con espíritu pesquero ;)

2 comentarios:

  1. La verdad, no sé que decirte :S. La entrada me gustó mucho. Solo te digo una cosa: Piensa bien lo que vas a hacer! Muchos besos!

    ResponderEliminar
  2. Ay, querida, vamos a ver, pasito a paso. De Edward olvidate y dejale tranquilo con esa chica que parece que le va muy bien. Aunque tampoco te culpes de sentirte un poco asi, que no es tan raro. En cuanto a Dani, hija, hace ya bastante tiempo que la cosa esta en AHORA O NUNCA. O te lanzas del todo o lo dejas, pero dejate de historias.

    ResponderEliminar

¡Gracias por comentar en este Blog!