Volver a empezar...

Casi hace una semana que quería escribir esta entrada pero no he podido escribirla antes ya que al principio de curso todos nos esforzamos más por causar una buena impresión a los profesores intentando llevar nuestros deberes y estudio al día. Así que no he podido escribir mucho en el blog, a parte de los numerosos premios que en tan poco tiempo he recibido -Muchísimas gracias-.

El primer día, fue un día de reencuentro. No me atrevo a utilizar la palabra "normal" para definir ese día, porque si comparamos el primer día de clase con uno de pleno mes de noviembre poco parecido encontramos, la verdad. Comprobamos la lista de la clase, escogimos pupitre para que luego viniera el nuevo tutor y nos pusiera por orden de lista, nos dieron el horario, la lista de los profesores... En fin, una toma de contacto.
A partir de ahí, la cosa ha empezado a cambiar: ahora ya tenemos deberes, trabajos que entregar, fechas de exámenes ya fijadas... Todo vuelve a la rutina. Para bien o para mal, pero vuelve la rutina.
¿Mis compañeros de clase? En fin, nada que decir de ellos. O más bien poco que decir. Nada interesante. Estoy con Rosalie y Alice en clase y con tres chicas y tres chicos más de mi clase de tercero. El resto, todos de otras clases o gente nueva.
Puedo decir que no me gusta mucho mi clase. No es la mejor de mi curso. No es a lo que estoy acostumbrada. Ahora hay tres grupos dentro de mi clase. Dos grupos de chicas y uno de chicos. Chicos. Todo les parece fácil. Desde el primer día se pusieron a hablar todos con todos, a planear el curso, a formar un equipo de fútbol. No como las chicas. Que lo único que hicimos fue; instintivamente, ponernos a hablar con quién sabíamos que íbamos a "cuajar" y a encajar más o menos bien. Así se han formado dos grupos. Desde el primer día. Desde la primera hora libre. Nueve contra nueve.

Ahora, el otro grupo de chicas se dedica a fastidiarnos cuando se les presenta la ocasión. Quizás sólo les parece un estúpido juego y yo no puedo quejarme porque no van a por mí directamente, pues tienen a otras chicas antes que yo en la lista de víctimas. Me parece bien que haya dos grupos, dentro de lo que cabe y siendo realistas, ni nosotras pegamos con ellas, ni ellas pegan con nosotras, pero de ahí a estar al acecho...
Si no fuera por eso, las clases están yéndome bastante bien. Sólo ha pasado una semana, y sé que lo difícil está por llegar. Pero no me quejo mucho de las clases que tengo porque ya he tenido oportunidad de comprobar que no han empezado, para nada, tan mal como imaginaba.



Una Adolescente Soñadora Que Vuelve a Empezar