Cuándo menos te lo esperas...

Así es, queridos lectores.
No esperaba volver a saber nada de Till. Desde que me fui de Calpe no he vuelto a saber nada de él más que un cortísimo y vulgar mensaje que me atreví a mandarle por Facebook. Fue algo así como mi despedida. Mi mensaje no fue mucho más largo que cuatro líneas, cada una una frase. Y él me contestó tres frases que a mi me sonaron a "te contesto por compromiso".
Ya no pensaba que volvería a saber nada de él porque no se ha conectado en todo el tiempo que ha pasado al chat del Facebook ni al hotmail.
Pero hoy, actualizando mi lista de Skype lo he encontrado, así que lo he agregado. Pensaba que no lo utilizaría mucho o que no coincidiría con él pero a la media hora de agregarlo ha iniciado una conversación conmigo.
Me ha pedido hablar con voz y le he cogido la llamada para escuchar su voz... Perfecta. Pura. Real... Luego le he colgado y le he dicho que mis padres estaban durmiendo porque mañana trabajaban. Todo cierto. No quería que mi madre se levantara para ver por qué hablaba sola o con quién hablaba. Y no quiero ni imaginar cómo le explicaría que estaba hablando con el chico que estaba en Calpe con su portátil. Sería de locos.
Hemos estado hablando un rato. Una media hora o así. Del futuro, de lo que íbamos a hacer cuándo acabara el verano, cuando acabara el colegio... Luego me ha deseado buenas noches y me ha dicho que ojalá pueda oír mi voz en otro momento.
Pero he vuelto a saber de él. He vuelto a hablar con él. He vuelto a oír su voz.


Y es que, cuando menos te lo esperas, va la vida y te sorprende.
Una Adolescente Soñadora Sorprendida Por La Vida

NOTA: la foto la saqué con mi móvil en la playa de Calpe, cerca de los baños de la reina pero estoy buscando alguna foto dónde podáis ver cómo era el garaje (a petición de Margyh).